El trabajo de una ONG con doble beneficio: evitar el desperdicio de alimentos y luchar contra el hambre

Se trata del Banco de Alimentos de Buenos Aires, que recibe comida que, a pesar de estar en perfecto estado, tenía como destino la basura. El alimento recuperado se dona a organizaciones sociales.

01.04.24

Por Paula Galinsky

Gente con hambre y comida que termina en la basura. El dramático panorama motivó a un grupo de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires, en Argentina, a crear un Banco de Alimentos. Ocurrió en plena crisis de 2001 y este equipo, que fue creciendo, se transformó en el nexo entre los que se desprenden de alimento y los que lo necesitan.

Fernando Uranga, director general del Banco de Alimentos de Buenos Aires, cuenta que colaboran con hogares de niños y ancianos, comedores, centros de rehabilitación y organizaciones religiosas. En ese camino, no solo donan comida sino que evitan el desperdicio.

Parte da equipe do Banco trabalhando na classificação de vegetais. Crédito: Banco de Alimentos de Buenos Aires

Tienen 36 empleados y se suman 350 voluntarios al mes para encarar la recepción de alimentos, clasificación y distribución, tareas que realizan en un depósito enorme (tiene 2.800 metros cuadrados) ubicado en Benavídez, Provincia de Buenos Aires.

Por ser, en muchos casos, productos con vencimiento próximo, “hay que tener un músculo interno fuerte y buenos recursos”, comenta Uranga.

Deben ser rápidos a la hora de decidir dónde enviar lo que reciben, poner los productos en valor y hacerlos llegar a su mejor destino. “Mandamos cantidades precisas, nunca de más, con la intención de que el alimento no se tire y evitar que lo consuman vencido”, detalla el referente del Banco sobre las responsabilidades asociadas.

“Funcionar como nexo implica generar vínculos de confianza con ambos lados y ser 100% transparentes con la información”, explica Uranga quien detalla que, durante 2023, recibieron donaciones de 154 empresas que distribuyeron entre 1.030 organizaciones sociales.

La historia del Hogar San Roque

Una de las organizaciones que siente el impacto del trabajo del Banco es el Hogar de Ancianos San Roque, de Banfield, que tiene 78 años de historia y fue creado por jóvenes de la Acción Católica de la Catedral de Lomas de Zamora. “En el inicio funcionó como un asilo para personas en situación de vulnerabilidad pero, con el tiempo, se fue transformando en el hogar en el que viven hoy 80 adultos mayores”, relata Jorge Maloberti, presidente del San Roque.

“Parte de los residentes llegó al hogar a través del Pami, otros accedieron en forma particular y hay un tercer grupo de personas que están becadas”, explica Maloberti quien dice que, lamentablemente, los números no les cierran. “Por eso, el aporte del Banco de Alimentos nos resulta fundamental: trabajamos con ellos desde hace 15 años”, destaca.

“Buscamos del Banco muchos alimentos no perecederos, como arroz o fideos. También recibimos lácteos, legumbres y verduras”, agrega.

Las cifras del rescate de alimentos 

Durante 2023, se recuperaron 4.640.000 kilos de comida que sirvieron para alimentar a 350 mil personas de Capital y el Conurbano bonaerense.

El depósito del Banco de Alimentos. Credit: Banco de Alimentos de Buenos Aires

Muchas veces, las empresas donan productos que están próximos a vencerse cuando se dan cuenta de que no llegan a comercializarlos a tiempo. En otros casos, tiene que ver con cambios o errores en el empaquetado.

“Ahora, por ejemplo, nos están llegando tomates de La Plata y zanahorias de Necochea. Ahí el desafío es activar la logística rápido y definir para dónde mandamos estos productos”, comenta.

Y suma: “Pasa también que nos llama una compañía que tiene yogures y leches con una vida útil de 5 días. En algunos casos, enviamos directamente la mercadería a la organización que sabemos que la necesita. Se evalúa cada situación particular”.

Suena extraño pero cuando se le consulta a Uranga cuál es el sueño o la meta a la que apuntan desde el Banco, él responde que su deseo es “dejar de existir”. “Los últimos datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) estiman que, en enero de este año, la pobreza alcanzó al 57,4% de la población argentina. El objetivo es que nadie sufra hambre y ahí sí cerramos felices, pero sabemos que estamos lejos de que eso ocurra”, sostiene.

“El Banco de Alimentos es clave para darle soporte a esa persona que no llega. Y, a la vez, las empresas también se ven beneficiadas porque las ayudamos a no desperdiciar y les garantizamos que lo que donan será bien utilizado”, cierra Uranga.

Cómo colaborar

Por donaciones, se puede contactar al banco a través de www.bancodealimentos.org.ar.

Autor: lupadobem
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